MEDIO MARATÓN DE VALENCIA 2012

Doce semanas de duro entrenamiento me han llevado hasta la linea de salida; doce semanas que, a priori, me iban a preparar para asaltar por tercera vez la distancia de Filípides, en esta ocasión en Amsterdam.

 Las sensaciones durante las primeras semanas de preparación me hicieron cambiar el objetivo y mentalizarme para asaltar mi marca en medio maratón. 

   Finalmente, el lugar elegido ha sido Valencia, con una prueba llana, rápida y, consecuentemente,  propicia para superar el reto.

   El jueves por la tarde llegué a Valencia y aproveché esos días para aclimatarme a la ciudad y pasar buenos ratos con los amigos que tengo allí (y que me ayudaron a relajarme y desconectar del objetivo por momentos), aparte de hacer un par de rodajes suaves el viernes y el sábado. 

   Me acerqué el viernes por la mañana hasta la Feria del Corredor para retirar mi dorsal, y me quedé gratamente sorprendido por la buena organización: varios stands de distintas marcas deportivas, mucha información y ayuda por parte de los voluntarios, buena bolsa del corredor, con una camiseta muy chula...

   Tras disfrutar esos dos días de la ciudad en buena compañía, se acercaba el momento de la verdad y la noche del sábado, para no perder la costumbre, dormí muy poco, apenas 4 o 5 horas.

 A las 6:30 del domingo suena el despertador, me dispongo a desayunar y ultimo la preparación del material de competición. Me traslado hasta la zona de salida en Metro, donde me encuentro con infinidad de participantes en la carrera, cada uno con su objetivo individual, pero todos con ilusión y ganas de disfrutar de este deporte. Me bajo del Metro y a medida que me acerco a la zona del guardarropa el ambiente de las grandes carreras me invade poco a poco: gente conocida que se encuentra y se saluda, grupos de amigos inmortalizando su participación en el evento, atletas calentando...

  Tras dejar la mochila en el guardarropa me dispongo a evacuar líquidos (me he bebido casi un litro de agua en las dos horas anteriores y mi vejiga lleva un rato avisándome). Posteriormente, me acerco calentando hacia el cajón de salida que me corresponde, el inmediatamente posterior al de los atletas élite.

 Intento tomar una buena posición y enciendo el gps. Quedan 10 minutos para el inicio, en la megafonía suena "Paradise" de Coldplay y me acuerdo de los Patukos y su debut en el maratón. La gente se anima y empieza a dar palmas.

La Avenida del Puerto está abarrotada por casi 9000 corredores que están ansiosos por comenzar.

   Se da el pistoletazo de salida a las 9:30 y poco a poco se va estirando la multitud. Muchos salen demasiado entusiastas, algunos me adelantan pero yo intento no contagiarme y coger mi ritmo.

Tengo buenas sensaciones desde el inicio y aunque el cielo está despejado y hace más calor del que se preveía en días anteriores, tampoco aprieta demasiado (18º aproximadamente). Me encuentro suelto y confiado y voy aumentando el ritmo. Paso por el km 5 en 18:57 (3´47 por km) y bebo en el primer avituallamiento, situado en la larguísima Avenida de Blasco Ibañez. Voy adelantando a algunos corredores que van aflojando el ritmo y disfrutando del apoyo de la gente que se agolpa en las aceras para animar.

Aprovecho las sombras de los árboles y edificios para protegerme del sol y casi sin darme cuenta paso por la zona de contrameta, abarrotada de gente que alienta a los que se van aproximando. 

  Vuelvo a pasar por el tramo inicial de la Avenida de Puerto y giro hacia la izquierda para llegar al km 10 con un parcial de 18:54 (3´47 de media nuevamente).

Los siguientes 3 kms van en paralelo al antiguo cauce del Turia y es allí, a la altura del km 13, cuando me cruzo con la cabeza de carrera, los dos keniatas (Kimurer y Kipkemoi, con 59:36 y 59:46 en meta respectivamente) que están casi en el km 17 y parece que vuelan. 

Inmediatamente después cruzo el río y me adentro en el centro de la ciudad, pasando por delante de la Catedral e hidratándome en el avituallamiento del km 15, junto al ayuntamiento (no estaba Rita), donde aprovecho para tomar el gel y donde marco un parcial de 19:04, el más lento de la prueba (3´49).

   Vuelvo a cruzar el río y me aproximo a la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde sopla un poco el viento. Sin embargo, sigo adelantando posiciones y acercándome al objetivo. A falta de 2 kms subo paulatinamente el ritmo, cada vez hay más gente animando y me siento fuerte. En el km 20 mejoro el parcial anterior, con 18:56 (3´47 de nuevo). Faltan 1097 metros y ya no hay que reservar nada, sólo tirar a muerte para rebajar unos segundos al crono. Entro en la recta final y ya veo el cronómetro al fondo. Voy a batir mi marca, aprieto un poco más y hago este último parcial en 3:49 (3´29 de media). 

He parado el reloj en 1:19:40, bajando mi marca en 42¨. Objetivo cumplido. 

Recojo el avituallamiento final, muy completo (agua, isotónica, fruta, frutos secos, croissant, magdalena y bollito) y también mi mochila en el guardarropa. Hidratación, estiramientos, piernas a remojo en el mar unos minutos y ducha. Ahora descanso merecido unos días y a pensar en la siguiente.

PD. Gracias a todos aquellos que me han animado y apoyado durante estas semanas, sobre todo en los últimos días y durante la carrera  (a los Patukos en especial). Gracias también a Arantza, a Gerardo y a sus padres, y a Ana, por su hospitalidad y amabilidad estos tres días, por su amistad y los buenos momentos de este fin de semana.